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A TOTA CASTANYA! ENTREVISTA A THE ZEPHYR BONES

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"The Zephyr Bonesés un quartet format per un català i tres xilens establerts a Barcelona. Potser te'ls has creuat algun dia en algun tren de Rodalies entre Barcelona i Sant Vicenç de Calders, on solen tocar. [...] Recorden l'amor d'estiu. Guitarres sedoses i volàtils, atmosferes diàfanes i pures, plenes de llum. Melodies lo-fi amb regust de surf pròpies de bandes de la Costa Oest del Pacífic (californianes) com Real State, Wild Nothing o Beach Fossils. Una barreja de dream pop i suau i (pausada) psicodèlia" explicava la Tatjana del seu EP Wishes/Fishes (La Castanya, 2015). Ara fan realitat un dels seus somnis i tocaran aquest proper dijous 8 de setembre a la [2] de l'Apolo acompanyats de dues de les seves bandes preferides: La Luz i Boogarins dins de l'A tota Castanya! Parlem amb ells perquè ens expliquin com es presenta l'experiència.

¿Cómo empezasteis en esto de la música? Me refiero a mucho antes de convertiros en banda. ¿Cuáles son vuestros orígenes, cuál es vuestra historia?
J: Tres cuartas partes de Zephyr son de Valparaíso. Supongo que todo comenzó cuando conocí a Brian de fiesta por unos roqueríos cerca de la playa. Siempre tuvimos ganas de tocar. Él tenía una guitarra eléctrica y sabía grabarse con el ordenador y yo tenía un Jazz Bass y un DVD con karaoke que usábamos para ponerle reverb a la voz. Fue amor a primera vista.

Él viajó a Barcelona en el año 2010 y dos años después volvió de vacaciones a nuestra ciudad natal, me dijo: “¿Por qué no te vienes a Barcelona y montamos un proyecto? Yo creo que la vamos a petar....”. Allí es donde todo comenzó.

¿Cómo os conocisteis? ¿Cuándo formáis el grupo y de dónde viene el nombre?
Bri y Jossip se conocieron en Chile. Años después aparecería Nico, quien había venido de ultramar con otro grupo para vivir el amercian dream de la música. La banda no acabó de funcionar y cuando lo conocimos le pedimos que fuera nuestro bajista. Nico tenía las ganas, era exótico y tenía un bajo viola como el que usaba Paul McCartney... Era el indicado.

A Marc lo conocimos por el ex-batería de Zephyr (Tony de Pane). Se le notaba que era talentoso y un gran chico, así que a la hora de buscar batería (en Zephyr han pasado 5) no dudamos en preguntarle, está un poco desquiciado y le llamamos Marc “Máquina de matar” Lopez, por su pasado oscuro de luchas todo vale.

Estábamos buscando el nombre desde hacía un tiempo, teníamos varios proto­-nombres como The Juggler, Capibara y Kawabonga. Una noche bebiendo y patinando, nos acordamos de est​a peli “​Lords of Dogtown”, que va de un equipo de skaters que se llamaban Zephyr Team. La verdad es que no se como nació lo de Zephyr Bones. Me encantaría decirte que surgió jugando al cadáver exquisito o que se me ocurrió en un sueño pero no la verdad es que nos molaba como sonaba.



Habéis pasado de tocar en el tren de cercanías que va a Sant Vicenç de Calders, a fichar con el sello La Castanya. ¿Cómo ha sucedido? 
No fue que una cosa llevase a la otra, aunque hubiese sido romántico que nos descubrieran cantando en un tren. Tras haber publicado el EP ​Wishes/Fishes (2014), nos pusimos en búsqueda de bolos. En Agosto de ese año tocamos en Flamingos Gallery. No fue nuestro mejor concierto, pero ahí conocimos a Joan y nos invitó a​ tocar en la 4ª Ronda con ​Univers y ​Beach Beach, que publicaban disco. Fue una gran noche y desde entonces podríamos decir que no hemos parado. Nos encanta trabajar con los Guardia, nos sentimos muy arropados y siempre están trabajando para que pasen mil cosas.

Cuando sacasteis el EP Wishes/Fishes (2014), erais prácticamente unos desconocidos. A día de hoy, habéis tocado en festivales por todo el país y se os conoce dentro y fuera de nuestras fronteras . ¿Os esperabais este éxito?
Teníamos fe y ganas de tocar, sabíamos que en el EP teníamos algún hitazo pero no esperábamos tanto. Ese año fichamos con nuestro sello La Castanya y entramos en el rooster de Jagermeister, recorrimos casi toda la península y tocamos en festivales como el SOS, el VIDA o el BYME. Definitivamente el “éxito” nos tomó por sorpresa, de pronto estábamos en una furgo camino al SOS o al Canela Party. Era lo que siempre habíamos soñado y también era la primera vez que lo hacíamos, así que fue y sigue siendo súper emocionante. Es bonito porque no teníamos idea del potencial que tenía nuestra música y de pronto se nos vino esta serie de eventos afortunados que nos han llevado a donde estamos hoy.

Hace poco estuvisteis tocando en el FIB Festival. Contadnos un poco cómo fue la experiencia.
Siempre quisimos tocar en el FIB. La idea de dar un concierto en un festival tan connotado y luego pasarnos tres días flotando con una piña en la mano nos hacía mucha ilusión. Recuerdo que cuando llegamos ahí nos encontramos con los Guardía y con Isa de Aries, que tocaba el mismo día que nosotros. Casi me atropellan con su coche y luego nos fuimos a mirar el escenario.

Era enorme, diría que el más grande en el que hemos estado. Creo que a Zephyr se le dan mejor los escenarios grandes y los espacios abiertos que los sitios pequeños. Las pruebas fueron un poco estresantes y hacía un calor sahariano pero cuando empezó el bolo ya nos pusimos en el papel y nos sentimos muy cómodos. Fue un gran bolo y unas excelentes vacaciones.

Para aquellos que aún no os han visto... ¿Qué podemos ver en vuestros directos que no encontremos en el disco?
El directo es lo que cuenta y siempre te da el margen de libertad para interpretar tus canciones. A nosotros nos gusta aprovechar este espacio manteniendo el espíritu original de las composiciones pero quizá añadiendo un poco más de adrenalina e intensidad; esto contrasta con la sonoridad Pop que nos caracteriza y eso a la gente le gusta.

¿Cómo suele ser para vosotros el proceso de grabación de un disco? ¿Componéis primero la música o las letras, o simplemente os dejáis llevar por la espontaneidad?
Un poco las tres. La espontaneidad está siempre presente, el acto de hacer música lo veo más como una reacción espontánea, algo casi biológico. No lo hacemos de forma premeditada, aunque sí que molaría a veces ser más certero o empujar los límites para salirte de ti y hacer algo que no sea como tú, que la música sea el producto de la batalla que se tiene consigo mismo.

Con respecto a la composición casi siempre es la música primero y la letra la dejamos para el final. Surge de manera espontánea como si se escribiera sola; es como un collage de imágenes e ideas que se van moldeando hasta su forma definitiva. También mola cuando es al revés, así la letra no se ve condicionada por la melodía. Con respecto a la grabación, quedamos con Bri de vez en cuando para trabajar en los temas. Él graba mucho material por su cuenta y siempre está trayendo cosas frescas al estudio. La verdad es que la grabación no nos toma tanto tiempo, pero la mezcla y selección/orden definitivo de los tracks de una publicación nos cuesta un poco más.

¿Creéis que se puede vivir de la música en un país que actualmente apuesta tan poco por la cultura? ¿Vosotros lo habéis conseguido? 
Claro que se puede vivir de la música. Lo hemos hecho siempre, con momentos de mayor o menor abundancia. Aunque cierto es que España apuesta poco por el arte y la cultura, nosotros jamás hemos necesitado ayuda de ningún gobierno o institución para poder buscarnos la vida como músicos.

Hay muchas alternativas, además de los conciertos y la venta de discos: se puede hacer música en la calle o en los trenes como en nuestro caso. Si se tienen conocimientos de grabación se puede grabar a otras bandas como lo hace Bri o dar clases de tu especialidad como lo hace Marc.

El que quiere siempre puede: sólo es cosa de atreverse y ponerle ganas. En el fondo te estás dedicando a lo que te gusta, en tus propios términos y sin tener que rendir cuentas a nadie. Estas soloamente son ventajas de autogestionarse y desde aquí animamos a la gente a que se dedique a lo que realmente le apasiona: podrá tener momentos difíciles pero es muy gratificante y los niveles de felicidad aumentan considerablemente.

Actualmente estáis de gira. Contadnos un poco como es vuestro día a día. Entre concierto y concierto, ¿os desmadráis mucho?
En Zephyr tenemos diferentes tipos de desmadre. Algunos son tranquilos y otros más fiesteros, pero en general somos medianamente desmadrados en comparación a otros colegas del rubro. A la mañana siguiente siempre pasamos lista por si alguno no sobrevivió la noche.

Nuestro día a día cuando salimos de gira es muy divertido, porque tenemos la suerte de tener caracteres muy compatibles: se nos pasa el día hablando de discos, películas, gazpacho y dominación mundial. Siempre llevamos una guitarra acústica para animar las fogatas y quién sabe cuando puede aparecer un nuevo hit en potencia.

¿Cuáles son vuestras influencias? ¿Qué grupos os gustan más y os inspiran? ¿Con qué bandas os gustaría tocar? Y ¿dónde os habéis sentido más cómodos tocando?
Todos en el grupo alguna vez fuimos heavies, pero la línea entre el indie y el metal es muy frágil. Podría decir que nuestras influencias en común podrían ser los cinco primeros discos de Black Sabbath, todo lo de los Beatles desde Revolver en adelante, y todo lo de Pink Floyd hasta poco después que Barret se volviera loco y lo echaran. En el 2012, el Innerspeaker a todos nos cambió un poco la vida, nos gustan mucho tambien Beach Fossils, Metronomy o The Flaming Lips, por mencionar algunos.

Nos gustaría tocar con Boogarins, Lotus Plaza, Ducktails, Aries, Triptides, Baywaves, Adelaida, Bad Bad Not Good, Oso Leone, Protistas y seguramente muchos más.

Diría que donde más cómodos nos hemos sentido en términos de sonido ha sido en el Festival Sota La Palmera de Tarragona o en la Sala Apolo el año pasado al final del Jagger Tour, junto a Disco Las Palmeras y TSOWC. Además, diría que nos hemos sentido muy a gusto en el sur de España, no se por qué pero la gente tiene mucho sabor y vibra más los conciertos. Cada concierto que dimos ahí fue muy especial.



¿Qué opináis de la escena local, de las salas y, en definitiva, del negocio de la música en nuestro país?
La verdad es que nosotros hemos tenido la suerte de poder conocer la escena local de la mano de nuestro sello La Castanya. Gracias a ellos hemos tenido la oportunidad de conocer las grandes salas y otras que no lo son tanto, salvo alguna excepción la experiencia es siempre positiva.

España cuenta también con una variedad de festivales que funcionan también como vitrina internacional, esto es muy favorable para quien le interese llevar su música a otros sitios del planeta.

Nos quedamos sobre todo con la buena onda que hemos tenido con las bandas, y las personas con las que hemos compartido en estos años. Hay buen rollo y se nota, nada de competitividad agresiva como lo hemos visto en Chile; aquí las bandas parecen tener comunión entre ellas lo cual nos hace sentir integrados en el circuito barcelonés. Como dijo nuestro amigo Peris, trompetista de Opatov:"Tío, si no nos ayudamos entre músicos, ¿entonces quién?”

¿Qué proyectos os lleváis entre manos? ¿Cuál es el futuro de The Zephyr Bones?
Estamos trabajando en un LP que verá la luz el año que viene. Con él bajo el brazo pretendemos llevar nuestra música a otros rincones del planeta tierra. También nos gustaría fichar con alguna discográfica internacional, hacer más videoclips y, por qué no, llevar el directo al siguiente nivel. Gran parte del dinero que ganamos con los conciertos lo invertimos en máquinas para mejorar nuestro sonido: ¡queremos hacer algo espectacular, casi pirotécnico!

Creemos que si invertimos nuestro tiempo y ganas todo esto pasará. Al menos eso hemos aprendido en esta primera etapa con Zephyr. ¡El 2017 seguramente vendrá movidito!

Podeu comprar les entrades del A tota Castanya aquí

Fotografia de portada: Florencia Lucila
Text: Tatjana Rius 
Correcció: Rosa Molinero Trias

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